Recoger y secar plantas aromáticas


¿Qué necesitas saber para recoger y secar tus propias plantas aromáticas?


Los componentes químicos y las propiedades de las plantas, pueden verse afectados por el momento de su recogida. Hay que cosecharlas en un día seco, cuando hayan alcanzado toda su madurez y la concentración de ingredientes activos sea la más elevada.

Deben secarse rápidamente, protegidas de la luz solar intensa, para preservar los ingredientes aromáticos y prevenir la oxidación de otros constituyentes químicos. Para asegurarse una buena circulación del aire, se secan en un sitio seco, cálido y aireado. Evitad el garaje, ya que las hierbas se contaminan con los humos del tubo de escape. 
Cuando las hierbas estén secas, deben almacenarse en recipientes limpios y secos de cristal o cerámica, con una tapa hermética y alejados de la luz solar directa. Hay que etiquetar las hierbas secas (variedad, origen y fecha). Para una óptima conservación se deben consumir entre 12-18 meses.


Flores

Se recogen una vez se haya evaporado el rocío de la mañana, cuando están totalmente abiertas. Se separan los tallos y se secan enteras sobre una bandeja (con papel; NO usar periódicos). Las flores pequeñas se tratan como si fueran semillas. Hay que recolectarlas antes de que se mustien. Si el tallo es largo o carnoso, se arrancan las flores de una en una, secándolas por separado.


Partes aéreas y semillas


Las hojas grandes pueden recogerse y secarse individualmente. Es mejor dejar las de menor tamaño en el tallo. Las hojas de plantas caducas se recogen inmediatamente antes de la floración y las plantas de hoja perenne pueden recolectarse todo el año. Cuando se emplean todas las partes aéreas se recogen en plena floración, con lo que se obtiene una mezclar de hojas, tallos, flores y semillas.

Semillas


Se recogen los ápices completos con unos 15-25 cm de tallo una vez que las semillas están prácticamente maduras, antes de que hayan sido dispersadas por el viento o comidas por las aves. Se cuelgan cabeza abajo sobre una bandeja forrada o dentro de una bolsa de papel, lejos de la luz solar directa. Las semillas se desprenderán una vez maduras.

Fruto

Las bayas y otros frutos se recogen nada más madurar, antes de que se reblandezcan demasiado y se extienden en bandejas de secado. A los carnosos hay que darles la vuelta con frecuencia para garantizar un secado homogéneo. Hay que descartar los que presenten signos de hongos.

Raíces

La mayor parte de las raíces se recogen en otoño, cuando las partes aéreas de la planta han muerto y antes de que el suelo se ponga demasiado duro para cavar. (Una excepción es el diente de león, cuya raíz debe recogerse en primavera). Algunas raíces reabsorber la humedad del aire, por lo que deben desecharse si se reblandecen.


Corteza

Se recoge en otoño cuando baja la savia para minimizar los daños a la planta. Nunca debe recogerse toda la corteza en una franja de corteza que rodee por completo al árbol, pues de este modo la planta muere. Se sacude y se limpia la corteza par eliminar el musgo y los insectos: no se debe mojar excesivamente con agua. Se trocea en fragmentos manejables, se extienden sobre bandejas y se dejas secar.




Bulbos

Se recogen una vez muertas las partes aéreas. Los bulbos de ajo deben recogerse rápidamente, ya que tienden a hundirse una vez se han marchitado las hojas y resultan difíciles de encontrar.


Savia y resina

Se recogen del árbol en otoño, cuando la savia desciende, practicando una profunda incisión en la corteza o haciéndole un agujero y recogiendo la savia en un recipiente atado al árbol. La savia de las plantas laticífeas, como la lechuga silvestre o la celidonia mayor, se exprimen sobre un cuenco. Muchas savias pueden ser corrosivas, por lo que deben emplearse guantes protectores.



* Información y fotografías:
Las plantas medicinales. Penelope Ody. 
Grupo Zeta. Editor Javier Vergara.


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